Por primera vez en casi cien años, la Ballena SEI —la tercera especie más grande del planeta— ha vuelto al Golfo San Jorge. Su reaparición convierte a Comodoro Rivadavia en un nuevo punto clave para la observación de fauna marina y la conservación ambiental en la Patagonia.
Después de casi un siglo sin avistamientos, la ballena SEI (Balaenoptera borealis) volvió a las costas del Golfo San Jorge, en un acontecimiento que marca un antes y un después para la biodiversidad marina de la Patagonia argentina.
Esta especie, la tercera más grande del mundo después de la azul y el rorcual común, puede alcanzar hasta 18 metros de largo y superar las 20 toneladas de peso. Ágil y poderosa, llega a nadar a velocidades de 50 kilómetros por hora, lo que la convierte en uno de los cetáceos más veloces del planeta.
Pero lo que más asombra a los especialistas es su comportamiento en estas aguas: grandes grupos de hasta 70 ejemplares fueron observados desde los acantilados de Punta Marqués, en Comodoro Rivadavia, a muy poca distancia de la costa. Se trata de un fenómeno sin precedentes a nivel mundial, ya que en ningún otro lugar las sei pueden verse tan cerca del continente y en tales números.
“Verlas tan cerca de nuestras costas no solo es un privilegio natural: es un símbolo del equilibrio que aún podemos recuperar entre el ser humano y el océano”, destacó Eduardo Carrasco, gerente del Ente Comodoro Turismo, que trabaja junto a investigadores y conservacionistas para promover la observación responsable de esta especie en peligro de extinción.
Un nuevo escenario para la ciencia y el turismo sustentable
El Golfo San Jorge se ha convertido en una zona clave de alimentación para la ballena sei, que se nutre principalmente de peces pequeños y plancton, entre ellos bogavantes. Su creciente presencia abre la posibilidad de desarrollar avistajes costeros controlados, potenciando a Comodoro Rivadavia como un destino emergente de turismo náutico y científico en la Patagonia.
Mientras en países como Noruega todavía se permite su caza, la costa argentina ofrece un escenario opuesto: natural, seguro y protegido, donde la ciencia y el turismo pueden convivir en armonía, generando conocimiento y desarrollo local.
Comodoro Rivadavia: mar, meseta y conservación
Este fenómeno natural refuerza la estrategia de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia y del Ente Comodoro Turismo de posicionar a la ciudad como un destino que combina paisaje, identidad local y sustentabilidad.
Además de la ballena sei, el entorno ofrece experiencias únicas en sitios como el Cerro Chenque, el Pico Salamanca —el punto más alto de la costa atlántica— y los imponentes horizontes de la Estepa Patagónica.
Voces de la ciencia
“El regreso de la ballena sei a nuestras costas es un indicador alentador del estado de los ecosistemas marinos del Golfo San Jorge. No se registraban ejemplares desde 1929, y su reaparición demuestra una mejora en la disponibilidad de alimento y en la salud del ambiente”, explicó el Dr. Mariano Coscarella, investigador del Laboratorio de Mamíferos Marinos (CESIMAR–CENPAT–CONICET) y docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
Por su parte, la Lic. Marina Riera, referente del proyecto y profesora de la misma universidad, agregó:
“Estamos ante una oportunidad invaluable: la de estudiar una población que vuelve a establecerse en la región y, al mismo tiempo, fomentar un turismo responsable que genere conciencia sobre la riqueza natural de nuestra Patagonia.”
📍 Un destino donde la naturaleza escribe su historia
El mar, la meseta y los vientos del sur se combinan en Comodoro Rivadavia, un destino donde la naturaleza sigue sorprendiéndonos. El regreso de la Ballena SEI no solo revaloriza su patrimonio ambiental, sino que también consolida a la región como un refugio de biodiversidad y un nuevo ícono del turismo sustentable en la Argentina.






