Ya cierra el 2021 y es hora de hacer balances. La industria no le escapa al asunto y es momento de revisar cuál es el panorama vitivinícola argentino. Con base en la innovación, Argentina ofrece hoy una propuesta inclusiva no sólo en materia de género, sustentable en cuanto a la gestión medioambiental, y diversa tanto en los actores como en la escala de los jugadores, acorde a las tendencias del futuro, según los principales trendwatchers del mundo.
Pero si esas variables son cualitativas, en materia de números duros, los datos permiten brindar con orgullo. Basta revisar algunos de los alcances del vino argentino para celebrar con expectativas positivas. Compartimos un panorama vitivinícola argentino, con algunos de los datos más relevantes para encarar el próximo año con un buen descorche.
Panorama vitivinícola argentino
Pocos lo saben, pero nuestro país está en el Top Five detrás de Italia, España, Francia y Estados Unidos. Con 215 mil hectáreas de viñas plantadas, Argentina produce vino en 14 de las 23 provincias y es el 5to productor mundial de vinos.
Hace apenas unas semanas, el distrito restante, CABA, nombró al barrio de Devoto, como kilómetro cero de las rutas del vino en Argentina: allí, en torno a la traza del ferrocarril San Martín, se embotellaba y despachaban los vinos de las principales bodegas hasta la década de 1980. No es poca cosa.
Nacida de una tradición inmigrante, la industria del vino local tiene la rara escala de los países productores y consumidores. ¿Acaso existe la posibilidad de reunirse a comer con amigos y que el vino no esté en la mesa? ¿Un encuentro familiar? ¿Una noche viendo series?
Al mundo
Con todo, la industria del vino tiene excedente para exportar. En poco más de 30 años, para establecer una fecha de inicio en 1990, el mundo conoció, bebió y eligió de diversa manera los vinos producidos en este país.
Del total producido, hoy se vuelca a la exportación un 10% aproximadamente que, en 2020, dio cuenta de 791 millones de dólares, número que será superado en 2021, ya que a octubre de este año estaba un 12,4% arriba en facturación: 844 millones de dólares.
Los principales mercados en 2021, siguiendo la tendencia de los últimos años, son Estados Unidos (247,9 millones de US$), seguido por Reino Unido (99,8) y Brasil (95,7) entre los tres primeros destinos; luego se destacan Canadá (63,3), Países Bajos (29) y China (25,7).
Del total exportado en dólares en 2020, el 23% corresponde a Malbec. Un tinto desarrollado en Argentina como un producto de exportación que luego se convirtió en el favorito de los consumidores locales, también.
Parte de los resultados se debe al trabajo de las bodegas que no pierden el rumbo aún después de una década en la que la exportación fue difícil debido al tipo de campo. Y otra parte no menor, al trabajo que realiza Wines of Argentina en la promoción del vino argentino en el exterior en los mercados clave: tanto con el desarrollo de contenidos específicos para cada uno de ellos, con una estrategia digital enfocada, como también realizando activaciones en el verano de EE.UU y Canadá.
Vino argentino, una cuestión federal
Del total producido en Argentina en 2020, Mendoza da cuenta del 72%, seguido por San Juan con el 22%, mientras que el resto se lo reparten en forma decreciente La Rioja (2,7%), Salta (1,6%), Catamarca (0,5%), Neuquén (0,5%) y Río Negro (0,2%). Hay, por supuesto, provincias como Córdoba, La Pampa, Jujuy y Chubut con cantidades menores que completan el panorama de las 14 productoras.
Blancos, tintos y más
Si se divide la cantidad de vino producido en 2020 en el país por la población surge un número mágico: ese año se elaboraron 33 litros de vino por persona. Claro que eso incluye a la población menor de 18 años.
Replanteado, quitando lo que se exporta, sacando a los menores y lo que se estoquea, el consumo medido en despachos arrojó para el año de la pandemia unos 20 litros per cápita. Este panorama vitivinícola argentino no está nada mal para un país que decide poner sobre la mesa una botella en cada ocasión especial.
Cantidad de bodegas
En Argentina hay unas 1247 bodegas registradas según los datos del Observatorio Vitivinícola. Sin embargo, no todas están en actividad. De hecho, en la cosecha 2021 molieron uva 871. De los últimos diez años el pico de bodegas en producción se dio en 2010 con 984, mientras que registradas eran 1330.
Fuente de trabajo y riqueza
Como el vino es un producto de valor agregado, genera empleo directo e indirecto. Puestos a comparar, 100 hectáreas cultivadas de vid les dan empleo a 72 personas, mientras que la soja necesita solo a 2.
Así, el vino da empleo de forma directa a unas 150 mil personas y es sustento directo o parcial de unas 400 mil. Ahora, medido como generador de riqueza, el vino es el complejo agroalimentario exportador que más valor agregado genera: una hectárea cultivada con uva genera exportaciones promedio por un total de U$S4.800.
Esto es casi el doble de lo que una hectárea de maní exporta, con valores de U$S2.683, y representa 5,6 veces lo que la soja exporta por hectárea, U$S 857 (datos del Observatorio Vitivinícola).
Más consumo
Comparando 2018 a 2020, el consumo de vino fue en aumento, con una tasa de 10%. Si se toman sólo los primeros seis meses del año y se incluye a 2021 en la ecuación, el salto es del 21%. Proyectado, el consumo per cápita podría terminar este año en torno a los 22,5 litros, en un repunte que mucho tiene que ver con el precio –por detrás del IPC en conjunto– y la calidad de la oferta.