Se fue la séptima… Hace unos días atrás regresamos de una nueva edición de ENBHIGA, en esta oportunidad en su versión Cordillera de los Andes y ViajoConVos se sumo a la delegación que durante 5 días, recorrió localidades de Argentina y Chile en busca de nuevas experiencias culinarias. Aquí un breve resúmen de nuestro enviado especial.
Por Waly Barros ¬ ENBHIGA es un encuentro gastronómico turístico, pero ese es solo el comienzo. Es la excusa perfecta para encontrar las partes del todo. De ver, de conocer, de encontrarte con el detrás de escena del mundo gastronómico asociado al turismo: productores de materia prima, trabajo artesanal calificado de los productos de la región, cocineros, chefs, emprendedores que trabajan estos productos para sus preparaciones, restoranes, museos, grandes hoteles de lujo y pequeñas posadas, destinos turísticos que encuentran el valor agregado en la presentación de sus comidas, estudiantes de turismo y gastronomía dando sus primeros pasos, entidades, municipios, gobiernos que acompañan, que integran las partes, periodistas que comparten experiencias y comunican, difunden productos, cocinas, destinos y el evento.
La experiencia es intensa. Incluye unas 4 intervenciones (degustaciones) diarias. Cada una en un lugar distinto, en una localidad distinta, algunas incluso en otro país. Ver como espectador la logística que esto implica, es maravilloso. Cocineros y chefs. Ayudantes, estudiantes que son anfitriones y protagonistas, con chefs y cocineros que ayudan y acompañan. No hay más de 3 a 4 horas entre una intervención y otra. Entonces mientras algunos preparan una presentación en un deck de la confitería del vía Christi en Junín de los Andes al caer la tarde, otro grupo fue a preparar una degustación de pizzas de la noche a San Martín de los Andes, otro equipo está en viaje camino a la frontera y otro coordinando la intervención gastronómica que nos espera en Chile al medio día siguiente. Hay gente que se encarga de los productos regionales, de los fuegos, de los fríos, de la logística, de las presentaciones, de los alojamientos, del marketing, de los tiempos, de los traslados. Es casi una gira de una banda de rock, un engranaje que conecta una parte con la otra, y la otra, una rueda grande visible que empuja a otra chiquita, que a su vez conecta con otra y otra para que todo este en movimiento. Todo e importante, las partes del todo, la rueda mágica.
En esta ocasión fueron 5 días, 9 localidades, 2 países y más de 1000 kilómetros de cordillera que se unieron en una ruta gastronómica. Junín de los Andes, San Martín de los Andes y Villa La Angostura en la provincia del Neuquén, Argentina y Panguipulli, Lanco, Los Lagos, Riñigue, Osorno y Puyehue en Chile fueron las localidades anfitrionas. La mochila de anécdotas se llena rápidamente. Cada charla y cada sabor es una experiencia distinta. Desde la comida ancestral mapuche de “Aurora” en Junin de los Andes a la cocina gourmet de don Jose Edmundo en Osorno, que sin inmutarse se presenta: “Yo le cociné a 6 presidentes de Chile”.
Hay inconvenientes, claro: tiempos que se atrasan, problemas de aduana, distancias, clima, el maldito Wi Fi, el material que no alcanza a subirse, un paso fronterizo cerrado, plan B, plan C. Un viaje lleno de instantáneas, de risas, de mates, con los ojos empachados de tanta belleza tanto en las rutas de Neuquén como en las del sur de Chile. Y están las historias, las charlas. El que largó su laburo para arrancar su emprendimiento, la que dejó el suyo para adquirir experiencia en la cocina de un gran hotel, el que sueña con viajar, la que quiere expandirse, el que se golpeó contra la pared cien veces. Está quien quiere llevar su cerveza al mundo y el que quiere que mundo pase por su cervecería, está la empresa familiar, los investigadores de sabores, los que están para fortalecer sueños. Están quienes se toman el tiempo de agradecer y hacer notar, visibilizar lo importante de cada engranaje en las partes del todo. Todo eso también es EMBHIGA. No solo es en encuentro gastronómico, es una experiencia estimulante, edificante. Regresás con el cuerpo cansado y la mente renovada, llena de ideas, de ganas. Queda para el final simplemente agradecer. A Neuquéntur y a ENBHIGA, por esta oportunidad. Es hora de descansar y de esperar y soñar quizás, como la banda de rock, la próxima gira.
