Durante el verano 2020, previo a la pandemia que hoy nos atraviesa y nos ha dejado con las ganas de seguir recorriendo bellos paisajes de nuestra querida Patagonia Argentina, visitamos la localidad de Trevelin, a unos 25 kilómetros de Esquel, en la provincia de Chubut.
Y como hacemos habitualmente, nos acercamos a la oficina de informes turísticos para conocer las propuestas del destino. Claramente una de las principales y que nos remarcaron como imperdible, era ni más ni menos que ir a tomar un famoso té Gales. Dentro de las opciones, se encontraba una casa muy tradicional, estamos hablando de la Casa de Té “Nain Maggie”.
Hoy les compartimos algunas imagenes y la receta de su famosa torta galesa, con la que deleitan a los turistas desde hace muchos años y que con el paso de los años, se ha convertido en patrimonio cultural de la región y atractivo insoslayable del turismo gastronómico de la Patagonia.
Para quienes quieran disfrutar de la experiencia del Té Gales, en “Nain Maggie” se ofrece un servicio de degustación de varias tortas, incluidas la galesa, una pintoresca tetéra, leche, panes con manteca y algunas delicias más por $1200 (en Enero de 2020), para dos personas y les puedo asegurar que van a salir pipones y con algunas porciones para el camino.
Les recomendamos que si viajan en temporada alta, tengan paciencia porque siempre hay que esperar para sentarse a degustar sus delicias.
Sobre la Torta Galesa
Cada año, en Esquel, Trevelin y el resto de las localidades “galesas” de la Patagonia, cientos de visitantes se vuelcan con curiosidad a conocer y disfrutar de la “torta galesa”, como uno de los manjares predilectos de la región.
La migración galesa que arribó a la Patagonia en la segunda mitad del siglo XIX protagonizó un proceso de amalgama cultural que ha dejado un legado incalculable. En materia culinaria, la “Torta galesa” es una receta concebida al fuego en las frías tierras del Chubut, con ingredientes ricos en nutrientes y calorías, con la que se recibía a las visitas que llegaban en aquellos días en los que la comunicación era tan difícil como atravesar las largas y áridas distancias.
Hoy les compartimos su secreto mejor guardado.
La receta
En primer término, vale mencionar que la torta galesa lleva higos negros, pasas de uva, ciruelas, nueces y frutas abrillantadas, que deben dejarse macerar en licor y miel, por lo menos durante dos días, en un envase cerrado herméticamente.
La preparación de la masa, por su parte, lleva manteca, azúcar negra, esencia de vainilla, nuez moscada, clavo de olor, canela y huevos. Se mezclan todos estos ingredientes, a los que posteriormente se les incorpora la fruta macerada en licor y miel. Por último, se le agrega azúcar quemada, elaborada con azúcar blanca hecha caramelo y disuelta con agua, que se le agrega a la masa, junto con harina leudante.
A continuación, durante diez o quince minutos se amasa la mezcla con una cuchara de madera y posteriormente se vierte en moldes, que se cocinan en horno caliente y a fuego lento. La cocción demanda entre una hora y una hora y media, según el tamaño de la preparación.
Al sacarla, se la deja descansar y luego se la “pinta” con un pincel con licor y azúcar impalpable para darle brillo. A los dos días se la envuelve herméticamente y tras una semana está lista para consumir.
Desde la Casa de Té “Nain Maggie” destacan que esta torta puede durar un año más, mientras se la conserve en envase hermético. Tradicionalmente, hay familias que las suelen incorporar como tortas de casamiento, cortando porciones por cada nuevo aniversario y guardando el resto.
Ustedes nos cuentan… ¿Les gusta esta torta?