Hoy me desperté con ganas de contarles una historia, una experiencia… nuestra experiencia sobre este viaje que emprendimos hace un tiempo atrás. Intentaré ser muy breve porque es a modo de introducción, por lo tanto les aclaro que no entraré en tantos detalles. ¿Vienen conmigo?
A esta altura, no necesito contarles que nos encanta viajar, no importa la distancia o el destino, hemos recorrido muchos rincones de este mundo con «Little» Vicky, mi co-equiper… aunque sólo un 5% lo hayamos reflejado en este blog. Pero este, es un viaje diferente a todos los demás…
Más charlado que el truco…
Debo decir que fue el viaje más charlado de todos, en la previa… y me refiero a charlas que eran atravesaban por dudas, inquietudes, miedos y emociones diversas que se fueron entremezclando mientras se fueron dando. Largas… larguísimas horas de intercambiar ideas, preguntas que muchas veces no tenían respuesta o las tenían pero nos generaban aún más dudas y más preguntas. Recuerdo que las primeras y principales charlas se daban mientras regresábamos en el verano desde el Lago Mari Menuco, lugar que los fines de semana usamos para despejar la mente y relajar el cuerpo luego de una semana siempre atareada y agobiante, de los intensos calores veraniegos en la Patagonia norte. Cuando digo largas charlas, posta que eran largas charlas.
Pero bien, si están leyendo este post, es porque la decisión final fue darle para adelante y ponerle lo mejor.
Cuenta regresiva…
Para no hacerla mucho más larga, hago un salto en el tiempo…
En principio la fecha prevista era el 24 de diciembre, pero faltando pocos días nos llaman para informarnos que se cambiaba para el 26. Poco importaba, ya teníamos el bolso listo desde hacía un mes aproximadamente, mezcla de ansiedad con miedo a no olvidarnos nada. Aunque siempre te olvidas algo de todos modos!
Como suele suceder, la noche previa, es decir la del 25, no pegamos un ojo, por los nervios… Entonces aprovechamos para repasar la lista de lo imprescindible y dejar todo listo para arrancar a eso de las 7 de la mañana. Como en todo viaje, cargamos el Bolso, una mochila, equipo de mate, algo para leer, el playlist de Spotify, toda la documentación y arrancamos.
GPS activado, buscamos la ruta más conveniente y rápida para llegar a destino cuanto antes y así fue como luego de unos kilómetros arribamos a destino.
Llegamos, hicimos el «check in», nos dieron la llave con el control del portón de ingreso para dejar el auto, el control remoto del DirectTV y subimos al segundo piso. La nuestra, era provisoriamente la habitación 12 en el segundo piso, amplia y bien luminosa… acomodamos las cosas, aprovechamos para ponernos cómodos y prepararnos para la aventura.
Minutos más tardes, llegaron para explicarnos los pasos a seguir y es en ese momento en que la ansiedad y los nervios comienzan a hacerte crujir el estómago. Por suerte no tardaron en traernos algo para desayunar…
Debo admitir que fueron las horas más intensas de mi vida, de nuestras vidas, en todos los sentidos… repletas de emociones y sensaciones extrañas, todo ese sin fin de interrogantes que se hicieron presente en la previa como les conté, volvieron a pasar por mi cabeza como un timelapse, así de rapidito.
Llorar de emoción…
La cuenta regresiva llegaba a su fin, ya era hora… no había tiempo para más nada, ella pasó primero, a mi me dijeron, espera acá que cuando ella esté lista te llamamos para que te prepares. Aproveche y salí rajando al baño.
Cuando regresé me hicieron entrar a una especie de vestidor, me vistieron para la ocasión y luego me hicieron pasar por un sector para higienizar mis manos y brazos y de esta manera quedar listo para lo que se venía.
Una vez dentro, la vi a Vicky, relajada, feliz… a punto de vivir el mejor momento de su vida y fue ahí cuando me acerqué, tomé su mano con fuerza y ella hizo el resto… Para que les voy a mentir, en realidad lo hizo todo!….
Segundos más tarde, su llanto y el nuestro se transformó en la banda de sonido de ese maravilloso momento!
Bienvenida a nuestras vidas Ema! La familia viajera se agranda. El viaje recién comienza… y vamos aprendiendo día a día a transitar por esta ruta! La vida es maravillosa… por eso les recuerdo que «No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no se nos escape».
Hasta la próxima viajeros!