Lunes 18 de Febrero de 2019. Atrás dejamos Lagunas de Epulauquen, ya estábamos sobre la ruta 43 rumbo a Huinganco, lugar donde nos alojaríamos nuestra última noche en el Norte Neuquino.
Desde Las Ovejas hasta Andacollo la ruta está totalmente asfaltada y hecha a nueva, es un verdadero placer transitar estos 35 kilómetros que separan a ambas localidades con la cordillera del viento como escenario principal.
Pasando Andacollo, y tomando ya la Ruta Provincial 39 camino a Huinganco sobre mano derecha nos encontramos con el famoso Boliche el Minero ya les escribimos sobre nuestra casi visita. Estaba cerrado por el horario en que pasamos, pero si tienen tiempo deténganse a conocer un poco de la historia de este lugar que data de los años 60 y fue seguramente lugar de muchas anécdotas de los pobladores de aquel entonces. Su construcción está hecha en adobe, piedra y su techo de cartón. El mismo funcionó hasta finales del año 1990, era de propiedad privada y luego se transfirió al Municipio con la condición de desarrollar este espacio como museo. Es uno de los principales atractivos de Andacollo y forma parte del Patrimonio Cultural Municipal.
Llegamos a Huinganco
Huinganco es una localidad ubicada sobre la margen izquierda del río Neuquén en el valle encantado. Integra el Corredor Neuquén Norte junto a Chos Malal, Andacollo, Las Ovejas, Manzano Amargo y Varvarco.
Su origen está ligado a la actividad ganadera y minera.
Entre el siglo VIII y IX los pehuenches poblaron sus tierras aprovechando los humedales para criar sus animales. Luego poco a poco fueron asentándose pirquineros buscadores de oro, provenientes de Chile. De esta manera el poblado creció y en el año 1964 se conforma la primera Comisión de Fomento.
Posteriormente la actividad forestal comenzó a desarrollarse en la localidad y sus alrededores: tal es así que hoy cuenta con el primer bosque comunal del país con más 3700 has. Cultivadas.
¿Dónde dormir en Huinganco?
Nos alojamos en la Hostería Huinganco ubicada pasando el pueblo y sobre la ladera de una montaña en una zona privilegiada por sus increíbles vistas.
Una vez que hicimos el check in nos fuimos a dejar las cosas a la habitación. El lugar cuenta con 10 habitaciones. La nuestra resultó grande, cómoda y luminosa. Nos dejaron armada la practicuna para Ema. Además está equipada con TV satelital. El baño es amplio y cuenta con bañera ideal para la pequeña de la familia.
Luego de acomodarnos, preparamos el mate y nos fuimos a la parte superior, allí Ema encontró donde entretenerse un rato, pero la idea era salir a una de las terrazas a contemplar el atardecer junto al inmejorable paisaje que brinda la ubicación estratégica que posee el establecimiento.
Luego de contemplar el atardecer y relajarnos un rato, llegó la hora de la cena. La hostería cuenta con un restaurante y nos dijeron que se comía bien por lo tanto había que probar.
Yo me pedí un Braseado de carne vacuna estilo campo con guarnición de puré ($325.-) y Vicky se pidió un salteado de verduras con carne ($230.-). No era uffff que delicia pero estaba bueno. La relación precio calidad nos pareció muy buena.
Si quieren conocer más información sobre la hostería, precios de alojamiento al momento de su visita, etc. Los invitamos a visitar el sitio web oficial de la misma: hosteríahuinganco.com.ar.
Por la mañana nos levantamos, desayunamos e hicimos el check out y nos fuimos a conocer el Museo del Árbol y la Madera. Un sitio de interés, con entrada libre y gratuita donde podrán conocer un poco de la historia de la zona. Aquí se exponen troncos petrificados, variedad de maderas de la región y unas rodajas de cipreses de más de 1200 años de edad (consideradas las más antiguas de América).
Finalizado el recorrido por el museo, salimos hacia la zona trasera del mismo para conocer el famoso Vivero Provincial.
Cuenta la historia que en la década del 60 la localidad sufría un éxodo poblacional importante, ya que sus pobladores salían en busca de mejores condiciones de vida.
El 27 de Septiembre de 1968 se crea el soñado vivero provincial Huinganco dependiente hoy en día del Ministerio de Desarrollo Territorial. Allí comenzaron los primeros trabajos con el nombramiento de 4 obreros. Actualmente trabajan 109 personas distribuidas en vivero central, el Manzano y Butalón Norte.
Les recomiendo traer plata y espacio para poder llevarse algunos ejemplares que luego serán la envidia del barrio. Eso sí, van a tener que tener lugar para traerlos a casa.
Y así luego de recorrer el establecimiento, seguimos nuestro camino hacia Andacollo para dar ir terminado nuestro viaje por el Norte Neuquino, pero eso lo dejaremos para el capítulo final.
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Nos vemos en la ruta viajeros.
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